Creo que siempre digo lo mismo cuando llegan los meses de verano pero… ¡Qué ganas tenía de recibirte Junio! ¡Qué ganas de noches eternas y días sin fin en lo que lo único que importa es elegir el color del bañador que te vas a poner! ¡Qué ganas de vivirte casi como antes! y sobre todo ¡qué ganas de vivir todo esto contigo!
Recibo este mes de Junio con la misma ilusión que esperaba las vacaciones de verano cuando era pequeña. Aprovechando tus fin de semana como preludio del verano que ya está aquí y que pronto te podré saborear como a mi me gusta: despacito y sin horarios. Pero mientras tanto, y para haceros a vosotros también más amena esta espera, vamos con el decálogo.