Una mujer entra a su apartamento, es de noche. Lleva guantes negros.
Vacía su bolso encima del escritorio y caen dos monedas de diez centavos y una de cinco. Recoge las de diez y las coloca de vuelta en su monedero mientras pone la de cinco debajo de una botella de whisky.
Se dirige a la cocina donde hay una caja de cerillas con tan solo una adentro. Arroja los guantes a la chimenea y la enciende.
En ese preciso instante suena el teléfono. Contesta y dice: «Nunca en mi vida tuve un par de guantes negros».
Y se marcha.
-Fragmento extraído de The Last Tycoon.
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